Lo dejo a la buena de Dios…

En sentido literal, porque ÉL, jamás falla, donde tod@s lo hacen… me coloco con total humildad en tus manos Señor. Sabiduría y Gracia, permíteme imitar tu ejemplo, Humildad y templanza, porque los vaivenes pueden doblar mi cuerpo, pero jamás mi espíritu. Descorre mis velos, señor mío, y coloca en mí la elección correcta y justa, la duda está, pues mi conciencia es mortal y carente de esa sapiencia que es propia de ser perfecto como tú, pero es precisamente ahí donde reside la grandeza de tu amor, en abrigarnos y tener piedad por nuestra deficiencias y defectos, y aún más, amarnos aún más por ello.
 
Las intenciones sin acción, son como escritura sobre la arena… pondré todo en mí para ser mejor, confío en tÍ, pues sé que tu voluntad, no me llevará a donde tu gracia no pueda darme alcance.
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